lunes, 29 de diciembre de 2008

EL CENTRO URBANO DE CHICLAYO Y SU INTEGRACIÓN A LA OFERTA TURÍSTICA

Para nadie es un secreto que Sipán es uno de los principales atractivos turísticos del mundo ¿Pero qué decir de la ciudad de Chiclayo? ¿Cuántos turistas encuentran en ella encanto y personalidad? ¿Qué les podemos ofrecer además de servicios para visitar los museos y monumentos arqueológicos? ¿Qué es lo que atrae o no de esta ciudad fenicia y cosmopolita? ¿Basta con ser la "Capital de la Amistad"?


Un arquitecto y restaurador colombiano, Jesús Andrés Aponte, de quién fungí como anfitrión en su visita a Chiclayo me comentaba con acierto "Chiclayo tiene una átmosfera muy particular. En su centro urbano no se nota la presión e irritabilidad cuando no la violencia de otras ciudades latinoamericanas" y para quienes vivimos enamorados de esta ciudad que nació sin blasones coloniales la afirmación es todo un halago; sin embargo hay que reconocer - y en ello coinciden diversos especialistas - que esta urbe es una de las más despersonalizadas arquitectónica y urbanísticamente hablando de cuántas se puedan conocer en la región. El mismo origen de la ciudad y su posterior crecimiento regido más bien por su ubicación como puerta de entrada al nororiente, hacen de ella la más joven de las grandes ciudades del país con un centro urbano bastante particular: la estrechez y el laberíntico tendido de sus calles ha sido por siempre una de sus características. No cuenta con anillos viales que permitan aliviar el caos del transporte citadino debido a la saturación del parque automotor y pese a que en los últimos años el área comercial se está orientando hacia el sur y sur-este de la ciudad, se mantiene aún la idea concéntrica del casco urbano donde todo y todos confluyen. La avenida Balta con sus más de 40 cuadras que une a la ciudad de sur a norte alberga bares y restaurantes, dos mercados, la zona financiera y sus cambistas, dependencias gubernamentales y municipales, amén de pequeños negocios, hoteles de varias categorías y viviendas particulares. Pocas ciudades del mundo pueden exhibir tan variopinta actividad y trajín cotidiano en un solo eje urbano.


Pretender que Chiclayo tenga lo que nunca tuvo por su origen y naturaleza sería iluso, de allí que toda comparación con ciudades vecinas será siempre un ejercicio ocioso. Se trata más bien de aprovechar ese "aire" (metafórico y real) que tiene la metrópoli como un elemento atractivo y complementario a la oferta turística que mostramos ¿Cómo evitar que muchos visitantes nativos y foráneos arriben en el primer vuelo de la mañana y se marchen en el último de la noche sin saber el porqué de "Capital de la Amistad"? ¿Será porque todo lo interesante por conocer en la ciudad está en sus alrededores y ella en sí no ofrece ningún imán? Se trata de ganar el Centro Urbano como atractivo en sí, pero ¿Cómo? Un primer reconocimiento debe partir de que no sólo nos debemos plantear el crecer turísticamente sino también cualificar la oferta. La ciudad no recibirá este año el medio millón de visitantes previstos debido a factores exógenos como la crisis financiera mundial y hasta puedo alegrarme en ello porque no estamos preparados para recibir una masiva oleada de visitantes. No hay un solo hotel de cinco estrellas. En los que exhiben menos categoría habría que bajarlos mucho de la constelación y aún cuando nos llegaran millones de turistas, si éstos ni siquiera pernoctan en la ciudad, tampoco veremos los beneficios de la industria sin chimeneas.


La ciudad tiene encantos reales y otros por potenciar. Su arquitectura es ecléctica, destacando el neoclásico con la emblemática catedral y otros edificios que se han ido destruyendo en aras de la modernidad como es el caso de la desaparecida Casona Townsend en la Plazuela Elías Aguirre, sitio referente para quien quiera ver la mezcla de estilos y arbitrariedades: un desaparecido centro comercial que fue obligado a mantener la fachada de lo que fuera hace décadas la planta de generación eléctrica de la ciudad, la bellisima casona la de la ex-clínica Walter, justo al lado de una edificación de techo a dos aguas con cierto aire a los mojinetes de las ciudades del sur ¡El entorno es atractivo! ¿Quién dijo que la modernidad es más cemento y centros comerciales? Lo moderno es la calidad de vida, respeto al legado y al Patrimonio Cultural ¿En nombre de qué o de quién permitimos destruir lo "viejo" en aras de lo nuevo o sembrar cemento con frenesí y no árboles en una ciudad que los necesita por sus fuertes vientos? La Plazuela Aguirre debe ser intervenida para rescatarla y evitar mayores despropósitos, de esa manera nos liberaríamos del estigma de que los chiclayanos matamos lo nuestro...la Vieja Iglesia Matriz, el ensanchamiento de la avenida Balta y la calle San José, la desaparición del área verde en el nunca ejecutado "Paseo de los Héroes" ¡Una evocación que suena a burla y arboricidio! Los malos ejemplos suman.


Ganar la avenida Balta sin el desorden de su tugurizado y peligroso mercado, zonas "rojas" o algunos de sus lustrabotas y cambistas estafadores resultaría toda una experiencia que bien valoraría un turista que partiera del Paseo de Las Musas y concluyera en José Leonardo Ortíz. La calle Manuel María Izaga con su empedrado (¡Complementaría con bellas farolas!) es un bello ejemplo de arteria rescatada al entorno característico del conglomerado urbano ¿Porqué ahora que los centros comerciales van sembrando su caos fuera del Chiclayo Cuadrado no recuperamos lo que queda del Chiclayo que se fue? No nos será posible recuperar la Iglesia Matriz pero algo del convento Santa María, origen de la ciudad, puede ser posible ¿Y una buena picantería? Nada de chinganas de mala muerte y peor reputación sino impecables y serios centros gastronómicos con más impecables banderas blancas anunciando la chicha, la causa o el espesado característico de cada día. Ello es posible y será mucho más solicitado que un carrito o lugar de expendio de fast food ¿Dónde encontrar un Taller Artesanal en el centro urbano? Y además de recuperar los viejos ferrocarriles que enmohecen en Ciudad Eten para un museo correspondiente ¿No podría complementarse ello con la reconstrucción de un viejo tranvía chiclayano que transite por una calle libre de ticos o moto taxis?


Lamentablemente a veces se cree que la única meta del boom turístico es generar recursos económicos. Si solo lo entendemos como negocio estaremos al borde del suicidio cultural. Los mejores ejemplos de recuperación e integración turística no se preguntan ¿Qué tanto me beneficiaré con el turismo? Sino ¿Qué tanto el turismo influenciará y destruirá mi entorno? El turismo atrae no solo a visitantes sino que con él crecen estantes y vitrinas, genera alza del costo de vida, incremento de la delincuencia y aumento de desechos; particularmente en el caso de Chiclayo, también una mayor desfiguración arquitectónica lo que a la larga espanta a naturales y foráneos. Estamos a tiempo los chiclayanos de evitar que la idea del rédito inmediato nos lleve a descuidar la calidad de los servicios y la generación de los atractivos complementarios. Qué no se repita aquí lo ocurrido en otros lares.


Quiero citar al reconocido especialista español en urbanismo patrimonial, Fernando Pulín quien señala: "Cualquier planteamiento de un Centro Histórico como foco turístico generador de riqueza va a exigir, sin duda, algún tipo de compromiso sabiendo sus riesgos, estableciendo sus señales de alarma y previendo las correcciones necesarias. Es decir, con un cuidadoso planeamiento de base, que normalmente se redacta atropellado por las circunstancias y de cuyas conclusiones deriva la necesidad de operaciones traumáticas tanto en el plano físico como social...El turismo en sí tiene un carácter destructivo. Para que el turismo sea negocio, es necesario convertirlo en masivo y ello ataca contenedores, espacios naturales, ámbitos urbanos" Se trata pues de conjugar acertada y finamente la obtención del máximo provecho de la actividad turística y a la vez calcular la magnitud potencial que la actividad genera.


Doble reto y tarea la que los chiclayanos y sus entidades representativas debemos acometer; esto a lo mejor podría contribuir a darle un toque de personalidad al conglomerado urbano en el que nos movemos, amamos y sufrimos: Chiclayo, acogedora y merecedora de mejor futuro él que sólo vendrá por el esfuerzo conjunto de sus hijos y de quienes la adoptaron en su calidez como Patria Chica.

domingo, 28 de diciembre de 2008

¡BIENVENIDOS!

Desde la tierra del Señor de Sipán en el norte del Perú este espacio en la blogósfera para compartir, intercambiar y debatir lo que nos atañe; volcando lo nuestro, lo rico de nuestro ancestro con su contribución en la ciencia el arte y la tecnología ¡El milagro de crear increíble civilización en medio de uno de los lugares más áridos del planeta! todo ello como contribución a un mundo que ha globalizado la desesperanza, el consusmo y la evasión.

Sea pues la oportunidad mucho más cercana y cálida que virtual de aportar para luego repartir por el planeta algo más que conceptos o recetas, populismos o idealismos hipócritas.

Con el contradictorio mérito de ser llamada "Capital de la Amistad", Chiclayo, cuna y crisol de civilizaciones arropa también hoy este intento de convocarnos. Convocarnos siempre. Siempre.